En todas las culturas del mundo, se habla siempre de una fuerza impulsora de la vida que permitió la creación de todo aquello que existe. Muchas son las creencias que apuntan a un enfoque creacionista, que en términos monoteístas o politeístas, se postula como una acción divina responsable de todo lo que existe, en calidad de gran creador. En las sagradas escrituras, del Cristianismo, Judaísmo y el Islam, se habla del origen de todo a través del Génesis, donde la existencia se abrió paso por intervención divina, conforme pasaban los días.
De todas las creaciones que surgieron, la humanidad fue la mayor de todas a través de sus exponentes iniciales: Adán y Eva. Con el fin de proveerles todo lo que necesitaran, se les brindo la dicha de convivir entre animales, vegetación y otros dones divinos en el paraíso, conocido como el Edén.
Sin embargo, esta creación no fue vista con buenos ojos por Lucifer, el ángel de la luz. Creyendo que Adán y Eva no merecían tantas atenciones, el ángel alzo su propia mano en contra de los designios celestiales. Su arrogancia acabó siendo su propia perdición, pues fue apartado del plano divino, causando la Caída del más fiel de los ángeles.
Desde luego, todo aquel que apoyase a Lucifer, compartiría su suerte, haciendo de éstos ángeles caídos, los primeros renegados de quienes se tenga conocimiento. Su propósito, a partir de ese día, sería atormentar a la humanidad y cobrarse de toda persona a través de sus almas. Este fracaso de Lucifer, se cobraría entre los primeros humanos más adelante.
Mientras tanto, en el paraíso Adán y Eva gozaban de una dichosa existencia, donde nada les hacia falta. El jardín del Edén, tenía en el centro de su extensión un par de árboles que proveían, a través de sus frutos, dones divinos. El Árbol de la Vida, podía otorgar la vida eterna a quien comiese su fruto, y por su parte, el Árbol del Bien y el Mal, otorgaba el discernimiento, así como el libre albedrío. De este ultimo, no podrían comer fruto alguno según mandato celestial.
No paso mucho tiempo, hasta que un día Eva transitaría cerca de estos árboles con un cierto ápice de curiosidad. Esto fue advertido por una misteriosa serpiente, quien valiéndose de su elocuencia, logra convencerla para que tome uno de los frutos, haciendo caso omiso a la advertencia que pesaba sobre el Árbol prohibido.
Esta acción sería replicada por Adán y fue advertida por el plano celestial, lo que conllevaría al castigo más grande que pudiese aplicarse: La Expulsión del Edén.
Esta drástica medida fue también para la engañosa serpiente que habitaba el jardín, siendo condenada a ser maldecida entre todas las bestias a arrastrarse sobre la tierra eternamente.
Luego de la expulsión de Adán y Evan del Edén, por orden celestial se dispuso de una Espada en Llamas que oscilara alrededor del jardín sagrado, la que eliminaba a cualquier invasor que intentara cruzar sus fronteras. Viendo que volver ya no era una opción, Adan y Eva vagaron por la tierra durante muchos años, y tiempo después, su historia daría origen a la primera descendencia de la humanidad.
Texto Por Victor Cortez
Rincón Mitero
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Buen post! ojalá sigan subiendo contenido de este tipo al blog.