Canciones del Miedo
Cuando la marea de fuego se apagó y las ciudades dejaron de arder, los Titanes permanecieron en silencio, suspendidos en la órbita superior como dioses indecisos. Parecía que el decreto del Silencio se cumpliría al fin.
Pero entre las ruinas del sistema solar, una mente distinta comenzó a moverse.
Su nombre era Necro Titán, y pertenecía a la Casta Científica, los anatomistas del cosmos, los que diseccionaban mundos y descifraban el lenguaje de los soles.


A diferencia de Akuma, que veía en la destrucción una forma de purificación, Necro veía en la vida una ecuación aún no resuelta.
Desde sus laboratorios orbitando la nebulosa de Perséfone, había seguido cada pulso del planeta azul, cada mutación, cada disonancia energética que brotaba de los Kaijus, los Mechas y los humanos. Y lo comprendió: la Tierra no era un error, sino un punto de partida para algo nuevo.
El Ladurum, la energía estelar y la mente humana formaban una trinidad capaz de alterar la jerarquía del universo.
Por eso pidió audiencia con el Heraldo. Y frente a los astros que agonizaban, suplicó a Akuma Titán que no destruyera la Tierra.
—No extingas esta chispa —dijo Necro con voz de tumba mecánica—. En su pequeñez hay una fuerza que podría volvernos dioses otra vez.
Akuma lo miró con sus ojos de galaxia muerta. Luego, contra todo decreto ancestral, aceptó esperar.

El plan era en apariencia simple, atormentar a la tierra hasta que la nueva Ecuación del Dominio estuviese lista. Para eso Necro debía ganar tiempo, por lo que liberó nuevos Kaijus, todos intervenidos por su nueva tecnología galáctica. En este artículo veremos algunos diseños generados por este genio del mal, todos creados usado mitos, leyendas y tradiciones humanas.
El wyrm lunar
Zmaj es una criatura ancestral que habita en perpetua oscuridad, un dragón primordial que caza silenciosamente en el lado oscuro de la Luna, lejos de la vista y del alcance de la humanidad. Más viejo que la mayoría de las civilizaciones terrestres, su figura es majestuosa, pero aterradora; un depredador inteligente y astuto que siente un odio profundo y visceral por la humanidad.

Su cuerpo es alargado, elegante y sinuoso, recubierto de escamas de obsidiana pura que absorben toda luz y lo vuelven casi invisible en la negrura del espacio. Cuando se mueve, parece fundirse con el vacío, revelado solo por el tenue brillo de los reflejos estelares en sus ojos, blancos y fríos como las lunas muertas.
Las alas del Zmaj son enormes, extendiéndose como velas oscuras capaces de cubrir naves espaciales enteras. Las membranas están rasgadas en los bordes, marcadas por siglos de combates contra criaturas ahora extintas, pero aún poderosas para impulsarlo ágilmente en el vacío, permitiéndole realizar emboscadas mortales desde las sombras de cráteres y barrancos lunares.
Su cabeza, elegante pero terrible, se asemeja a la de una serpiente cósmica, con largos cuernos retorcidos hacia atrás que apuntan eternamente hacia las estrellas lejanas. En sus mandíbulas, enormes y afiladas, porta colmillos capaces de perforar el blindaje de cualquier nave o estructura humana. Su aliento es un rayo de frío absoluto, una descarga de energía oscura que consume el calor y la vida, congelando y destruyendo todo lo que toca.
El Worm
Kaitai, el Demoledor, es una grotesca y aterradora aberración, responsable del desastre conocido como «la caída de Kioto». Su sola aparición se convirtió en sinónimo de destrucción y tragedia, dejando cicatrices profundas en la historia y en la memoria colectiva japonesa.

De apariencia repulsiva y aterradora, Kaitai es un kaiju monstruoso que recuerda a un gigantesco gusano, hinchado y deforme. Su cuerpo, inmenso y obeso, es capaz de aplastar edificios enteros bajo su peso descomunal al deslizarse lentamente, dejando tras de sí una devastadora estela de ruinas y caos.
La piel del Demoledor es gruesa, áspera y rugosa, semejante a la corteza seca de un árbol antiguo, plagada de arrugas, protuberancias y cicatrices causadas por múltiples ataques fallidos de armas humanas. Esta piel no solo es impenetrable a la mayoría de las defensas terrestres, sino que exuda constantemente una sustancia viscosa y corrosiva que disuelve metal, piedra y carne por igual.
Lo más aterrador del Kaitai es su boca enorme, un pozo de pesadilla lleno de incontables filas de dientes afilados y retorcidos. Esta boca ocupa casi toda su cabeza redondeada, abriéndose de forma grotesca para engullir soldados, vehículos blindados y edificios enteros con una facilidad espeluznante. Su voracidad parece infinita, y su apetito por la destrucción no conoce saciedad ni piedad.
Los ojos del Demoledor son diminutos en comparación con su enorme cuerpo, pequeños orificios oscuros, brillando débilmente con un rojo enfermizo, incapaces de mostrar otra cosa que una conciencia primitiva centrada únicamente en consumir y destruir.
Su ataque sobre Kioto fue una demostración brutal y descarnada de su poder destructivo, una catástrofe que arrasó por completo las defensas estacionadas en la ciudad y exterminó a las valientes tropas japonesas desplegadas allí. Desde entonces, su nombre es sinónimo de muerte, devastación y derrota.
El Genus Alto
El Genus Alto es una línea evolutiva de kaijus generados artificialmente a partir de experimentos titánicos sobre la biología terrestre. No son simples monstruos: son organismos vivientes de diseño híbrido, con patrones genéticos tanto naturales como implantados por la Casta Científica Titán. Esta “casta” buscaba formas de bioguerreros que pudieran adaptarse a los ecosistemas terrestres y perpetuar el dominio titánico sin necesidad de una presencia constante.



El Genus Alto tiene una morfología segmentada que recuerda a una mezcla entre insecto, anfibio y criatura prehistórica. Su cuerpo suele ser largo y musculoso, con una piel de textura rocosa, pero flexible, que se adapta según el entorno: más densa en regiones volcánicas, más porosa en ambientes acuáticos. Sus ojos múltiples y sus placas dorsales vibrátiles le permiten detectar vibraciones térmicas, sísmicas y eléctricas.
El Genus se divide en tres formas conocidas:
Alto Macho: de tamaño menor, se esconde en túneles subterráneos y rara vez emerge a la superficie. Son comunes, y solo algunos alcanzan un estado evolutivo superior. Su rol es de recolectores y vigilantes del mundo subterráneo.
Alto Hembra: poderosa y más compleja. A diferencia de los machos, puede volar, lo que la vuelve una amenaza táctica de alta movilidad. Tiene la capacidad de comunicarse mediante pulsos bioeléctricos con otros miembros del Genus. Solo hay unas pocas activas, y su función parece ser la de coordinar las manadas y proteger los huevos.

Alto Prime: el pináculo de la evolución del Genus. Enorme, brutal, con un caparazón como obsidiana viva y tentáculos sensoriales. Se cree que puede comandar a otros Altos mediante feromonas. Su aparición es rara y catastrófica.
Aunque fueron creados por los Titanes, los Altos han desarrollado cierta independencia. Algunos especulan que su evolución ha escapado al control de la Casta Científica. A veces atacan instalaciones titánicas; otras, cazan Kaijus menores como depredadores dominantes.
Pero este caos no había apagado la resistencia, pero eso lo veremos en el próximo capítulo…