“Fue en 1492, que el mundo unió todas sus latitudes. Fue una humilde expedición de tres caravelas, las que cambiaron el rumbo de la historia. Enviados a explorar. Entrenados para conquistar. Preparados para una travesía, al Nuevo Mundo.”
Una vida en el mar
De los muchos navegantes que puede ofrecernos la literatura, pocos igualan en contenido a Cristóbal Colón. Este marino europeo, cuyo origen aún es objeto de duda, habia tenido desde sus inicios una relación estrecha con el mar. Sirviendo en primera instancia como mercante, al servicio de comerciantes de Portugal.
Con el tiempo, llegarían a oidos de Colón relatos de tierras distantes, de abundantes riquezas. Esas tierras, según inferencias del propio Colón, podrían tratarse de Cipango (actual Japón), y de las Indias Orientales.
Para llegar a esos lugares, era necesario viajar hacia el este. Sin embargo, como la senda principal, la Ruta de la Seda, estaba bajo control del Imperio Otomano, era necesario encontrar otra vía. La unica opción, sin considerar las rutas peligrosas en el sur de Africa, era navegar hacia el oeste.
Uno de los primeros vestigios que orientarían a Colón, son unos escritos hechos por Paolo dal Pozzo Toscanelli, un cientifico florentino que preparo mapas inspirados en relatos de Marco Polo que podrían encaminar hacia la India. Otros escritos, planteaban al mundo como una esfera extensa, cuyas primeras aproximaciones estimaban distancias de unas 2400 millas nauticas entre las Islas Canarias y Cipango, cuando en realidad habían más de 10.000.
Buscando patrocinio
La idea era plausible, al menos en primera instancia. El problema, era ponerla en la mesa de monarcas, que pudieran financiar la expedición. Colón viajo primero a la corte Portugal, para presentar su idea ante el rey Juan II. Por desgracia, la opinión de sus expertos, restaron fuerza a la petición de Colón, lo que le obligó a buscar financiamiento en otra parte.
Probó suerte en España, en la corte de Castilla, con Fernando I de Aragón, e Isabel I de Castilla. Ambas autoridades, eran grandes defensores del catolicismo, cosa que los hizo conocidos en Europa como los Reyes Católicos.
Cuando Colón llego a España, hizo amistad con unos frailes en su primeros dias, quienes recomendaron su nombre a Hernando de Talavera, el confesor de la Reina Isabel de Castilla. Este apoyo, sería de gran importancia para conseguir una audiencia con la corte española. Las primeras instancias en que su proyecto de expedición fue sometido a análisis por el Real Consejo, fue rechazado. Sin embargo, por recomendación de Hernando de Talavera, Colón finalmente consiguio una audiencia con la reina Isabel.
Isabel se mostraba bastante interesada por las ideas de Colón, a quien favoreció desde el inicio. La reina, aún así, quizo consultar a un equipo asesor, integrado por Hernando de Talavera, para confirmar que los dichos de Colón, fueran viables y factibles. Por desgracia, esto tomaria mucho tiempo. Al final, Isabel comento a Colón que, por mientras se tomaba una decisión, su idea estaría bajo análisis.
Fernando de Aragón, era un monarca más conservador y prudente, que preferia distanciarse de las ideas de Colón, aunque con el tiempo se mostraría más neutral que opositor. Algo que hacía que Fernando, así como a varios de sus asesores, temieran de la expedición propuesta, era que transgrediera el Tratado de Alcazobas. Este documento, firmado por las coronas de Portugal, y las de España, establecia limites territoriales y nauticos para ambas naciones, que estaba respaldado por una bula papal. Esto implicaba que la jurisdicción y validez del tratado, contaba con el beneplacito oficial, de la misma Iglesia Católica.
En aquel entonces, España libraba una guerra santa de reconquista contra los musulmanes, conflicto que se libraba desde las primeras incursiones de Táriq ibn Ziyad, en el siglo VIII. Hacia el año 1492, España estaba casi en total control de los cristianos, salvo Granada. Con la caída de este último enclave musulmán en ese mismo año, la peninsula iberica se convertia en el baluarte más poderoso de la cristiandad en Europa. Al concluir la guerra, los reyes catolicos pudieron dirigir su atención a la petición de Colón, logrando poner en esta oportunidad al rey Fernando a favor de la idea.
El ultimo problema que quedaba por solventar, era obtener recursos. La corona española no tenia tanto dinero para costear la expedición que pedia Colón. Afortunadamente, unos prestamistas de la corona, se ofrecieron a financiarlo. Los preparativos estaban listos. Solo quedaba establecer las disposiciones a cumplir entre ambas partes, algo así como un contrato real. Estas serian las conocidas Capitulaciones de Santa Fe, documento que establecía que:
- Cargo de Almirante, en las regiones oceanicas descubiertas y conquistadas.
- Cargo de virrey en las tierras descubiertas y conquistadas.
- Pagar diezmo del 10% por las riquezas obtenidas en dichos lugares, más un quinto en favor de la corona española.
- Poder de jurisdicción comercial en las zonas que tenga a su cargo por el almirantazgo.
- Derecho a contribuir con un octavo en la expedición, obteniendo ganancias en la misma proporción, en las regiones halladas y conquistadas.
Y se hizo a la mar
Colón habia sido nombrado Capitán Real de la Armada expedicionaria, contando con tres carabelas a su disposición, nombres que seguro habrás escuchado alguna vez.
La Niña, y La Pinta, eran modestos navíos que quedarían en manos de los hermanos Pinzón, experimentados navegantes, cuya fama brindaría a Colón el respaldo necesario para reclutar voluntarios en el Puerto de Palos. Martín Alonso Pinzón, quedó al mando de La Pinta, mientras que su hermano Vicente Yañez Pinzón, capitaneo La Niña.
El último navío, que sería el buque insignia de la flota, era la Santa María, que estaría bajo el mando del propio Cristóbal Colón. Las tres naves, representaban la esperanza de este navegante, por ganarse un lugar en la historia, como explorador de gran notoriedad. El inicio de la travesia, partiría en el Puerto de Palos, un 3 de agosto de 1492.
El primer destino de la expedición, era atracar en las Islas Canarias, a fin de restaurar los barcos, para enfrentar la travesía en condiciones. Esto sería importante, pues además de enfrentar las aguas del Atlántico con mejor maña, haría de La Niña el navío más rápido de la flota. Pasaron dias, y luego fueron semanas enteras, navegando constantemente rumbo al oeste, esperando encontrar los puertos de la bella Cipango algún dia.
La conquista del paraíso
Llegados a septiembre, la tripulacion de las tres embarcaciones estaba bastante descontenta. Las provisiones se agotaban o se podrían, y aquello que se podia comer, a duras penas era racionado entre las gentes. Fue un 14 de septiembre, que Colón diviso vegetación submarina, que tiempo después tomaría el nombre de Mar de los Sargazos. Este hallazgo alentaría a Colón en su travesía, no tanto así a su tripulación. El descontento era tremendo, al punto de casi tener un motín entre manos.
Casi cuando todo parecia perdido, Martín de ¨Pinzón sugeriria a Colón cambiar de rumbo, hacia el sureste. Una sugerencia que aceptaría a regañadientes, que cambiaria la historia para siempre. Un 12 de octubre, La Niña que iba al frente de la flota, parecía que viviría un dia más surcando mares interminables. Esto cambio de golpe, cuando el marinero Rodrigo de Triana, gritaria una frase que llenaría de esperanza a toda la expedición:
¡TIERRA A LA VISTA!
Parecía cosa de un cuento de hadas, salvo que todo ahí era real. Semanas enteras surcando el oceano, recompensadas por una providencial llegada a tierra. La tripulación se sentía bendecida por los cielos, aclamando con alegría y júbilo, por llegar al fin su destino…o eso creían en primera instancia.
Cuando Colón y su hueste se acercaron a tierra firme por primera vez, notaron que las gentes que encontraron ahi eran totalmente distintas a las que habían leído o escuchado antes del viaje. Aquel encuentro, fue el choque de culturas totalmente desconocidas entre sí. Un total encuentro de dos mundos.
Colón habia llegado a un lugar distinto al que pensaba arribar. Esas gentes, semidesnudas, portando prendas de modesta artesanía, no se parecian a nada visto antes por explorador alguno.
Estaba claro.
Habían llegado a una tierra desconocida hasta ese entonces.
Desenlace y legado
En honor a la providencial salvación que significo encontrar esta tierra, Colón le dio el nombre de San Salvador. Para asegurar su posición, ordeno rescatar los restos de la Santa Maria, que habia naufragado, para construir el Fuerte Navidad, el primer asentamiento europeo en el Caribe. Podriamos decir que fue el primero en America hecho por europeos, pero ese titulo le pertenece a Leif Ericsson, quien creo el asentamiento de Vinland, casi 500 años antes que Colón.
Algo que suele comentarse respecto a la hazaña de Colón, es que fue él quien descubrío América. Sin embargo, el no estaba al tanto de que había tocado tierra en un nuevo continente. Solo sabía que había descubierto un lugar, que jamás habia sido puesto en un mapa europeo hasta ese entonces. El mérito por identificar estas tierras como parte de un continente completo, fue de Américo Vespucio, quien en sus viajes hacia estas tierras, logró intuir que estaban pisando un lugar más amplio del que creían.
Un tema que genera controversia en torno a la gestión de Colón, son sus acciones vinculados a la colonización violenta y la trata de esclavos. La visión de supremacía que inspiraban sus acciones, por sobre las vidas de las gentes nativas, acabo por hundir la reputación de Colón. En sus cuatro viajes a estas tierras, esta personalidad dominante acabo por cobrarse muchas vidas, anticipandose a siglos de influencia española en América.
Todo, en nombre del prestigio, la fe, y la corona.
Había llegado la epoca de los descubrimientos.