La guerra de los 100 años – Capitulo III – La Caída de Francia

“En medio de un autentico juego de tronos, la gente mira atónita a lo que ha sido reducida su patria. Banderas o estandartes ajenos a los que defendían sus queridas tierras, ondean imponentes sobre sus cabezas, minando de paso, la poca voluntad que le queda a mujeres y hombres por pelear. Inglaterra podría haber sido detenida, si quienes lideran nuestros esfuerzos en combate, no habrían dejado en manos de caprichos egoístas, la vida de tanta gente inocente. Pero eso ya no importa ahora, pues Francia…ha caído”

La victoria milagrosa de Enrique V en Agincourt, no solo significo para el monarca ingles un vuelco de una situación aciaga. También le entrego potestad para marchar cómodamente con su ejercito en tierra francesa, sin que hubiese tropa rival que le detuviese.

Camino al poder

Después de la batalla de Agincourt, Borgoña empezó a reconsiderar su lealtad hacia la realeza francesa, debido a la aún destruida salud mental del rey Carlos VI, así como la notoria influencia de los Armagnac en la corte de Francia. Juan Sin Miedo, a raíz del nefasto trato que recibió por parte del duque de Orleans durante Agincourt, ofreció su apoyo a Enrique V, para asegurar el apoyo de un poderoso aliado, contra la facción de Armagnac, que aun controlaba Paris. Esto enemisto a dos mitades de Francia.

Si bien Paris estaba bajo control de Armagnac, la población parisina estaba encolerizada con sus gobernantes, por su autoridad tiránica, heredada por su líder Carlos de Orleans, quien había sido capturado en Agincourt. Esto provoco que la llamada “Joya de Francia” se amotinara en contra de la facción de Armagnac, donde gran parte de la multitud apoyaba abiertamente a Borgoña. Y así fue como Paris paso a manos borgoñonas, lo que dio oportunidad para eliminar partidarios restantes de Armagnac, por parte de simpatizantes a Borgoña.

Al haber tomado Paris, Juan Sin Miedo no solo aseguro los recursos de la corona francesa para Borgoña, sino que al hacerlo, había ido en contra de su alianza con Enrique V, quien estaba en completa intención de conquistar Paris.

Ante la amenaza latente, Juan Sin Miedo se acerco a sus rivales de la casa de Armagnac, para proponerles una alianza y defenderse del pronto ataque de Enrique V. Las negociaciones estarían encabezadas por el duque de Borgoña, y el heredero de Carlos VI, el llamado “Delfín de Francia”, en el puente de Montereau, en 1418. En aquella instancia, ambos lideres llevaron una comitiva de tropas, quienes se odiaban a muerte con los del otro bando. Cuando los ánimos no podían ser más altos, se desato una pelea entre los presentes, cobrándose la vida del propio Juan Sin Miedo, ante la atónita mirada de quien seria conocido después como Carlos VII. Un final acorde para un hombre, que había iniciado su carrera en la política, con un acto de la misma índole.

El asesinato de Juan Sin Miedo, cerro por completo la opción de reconciliación entre Borgoña y Armagnac, dando origen a una guerra total entre ambas facciones. Al morir su padre, tomo herencia del ducado de Borgoña su hijo, Felipe III “el bueno”. En sus manos, se alzaría Borgoña, como un territorio aun más glorioso que aquel que tuvo su padre, llegando a rivalizar en poder con las monarquías más prosperas de Europa. Además, como represalia por la muerte de su padre, estableció una alianza con Inglaterra, que duraría por el resto de la guerra.

En 1420, se firmo el tratado de Troyes, en el cual se reconocía a Enrique V como legitimo heredero de la corona de Francia, siempre que este reino mantuviese su independencia. Con ello, también tomó por esposa, a Catalina de Valois, hija de Carlos VI, asegurando como dote matrimonial, más de la mitad de Francia, para Inglaterra.

Felipe, el Bueno, quien era un hábil estratega como su padre, participo en la redacción del tratado de Troyes directamente. A fin de que se asegure la linea hereditaria de Enrique V, se desheredó al delfín de Francia de la linea de sucesión de su propio reino. Un golpe devastador a la facción de Armagnac, al más puro estilo borgoñón.

Francia dividida

El tratado de Troyes significo la división de Francia en varios territorios, que dejo la guerra de los 100 años en favor de Inglaterra por varios años.

• Sur de Francia: Armagnac y gentes leales al delfín
• Norte de Francia: Inglaterra, y sus territorios aliados
• Este de Francia y Paises Bajos: Borgoña

Habiendo caído Francia en la guerra civil, esto se acompaño por el hecho de que si bien el delfín contaba con muchos aliados fieles a la legitima monarquía, no habían lideres competentes. Dicha situación se mantendría por unos cuantos años. Al morir Enrique V en 1422, su hijo Enrique VI tenia cerca de 8 meses de edad, cosa que le impedía ejercer como monarca de pleno derecho. Hasta la mayoría de edad del joven rey, asumió como regente Juan de Lancaster, duque de Bedford. Durante los 10 años siguientes a su nombramiento como Protector de Inglaterra, seria el más peligroso enemigo de toda Francia, debido a su brillante talento como estratega militar. Seria él quien traería la victoria al bando ingles, ahogando en consecuencia, las esperanzas del ejercito francés.

Después de varias campañas francesas que habían caído en el fracaso, las gentes leales al Delfín empezaron a contratar a los más peligrosos miembros de la facción Armagnac como mercenarios o matones, quienes serian llamados posteriormente como los Écorcheurs, “los Degolladores”. Estas bandas indisciplinadas, acabarían por dar más problemas que beneficios, asaltando sin Dios ni Ley, a cuanta gente encontrasen desprevenida en los caminos. Seria el fracaso que pondría en la franca debacle al pueblo de Francia…al menos hasta la llegada a esta historia, de una joven oriunda de Romrémy.

Palabras al cierre del Capitulo

La exclusión del Delfín de Francia de la herencia de su propio reino, fue el golpe más devastador de Inglaterra, a la corona francesa. Esto también supuso una gran derrota a la facción de Armagnac, pues al estar el Delfín al frente, el liderazgo de un monarca incompetente era insuficiente para mantener orden entre sus propias filas.

Conforme el tiempo transcurría, los territorios franceses que aun mantenían las huestes leales al Delfín eran conquistadas por Inglaterra. Por otra parte, Borgoña al mando de Felipe, el bueno, entrarían en una época de oro, que les traería una prosperidad sin precedentes. La magnificencia del ducado de Borgoña, se sentaría en gran parte, por el legado del que seria llamado Gran Duque de Occidente.

Para concluir, la destruida moral del pueblo francés, haría que gran parte de sus tropas se entregaran a la barbarie. No seria hasta 1428, que el curso de la guerra se tornase en favor de Francia, de la mano de una humilde campesina, de 16 años de edad…