A lo largo de la historia y del folklore de diversas culturas, se han tejido incontables mitos y leyendas sobre hombres lobo y cambiaformas. En la mayoría de estas historias, se los presenta como criaturas tenebrosas, asociadas con la violencia, la maldición y el terror. Sin embargo, también existen relatos que muestran un lado diferente de estos seres: protectores, bondadosos y, en ocasiones, considerados defensores de su comunidad frente a amenazas oscuras. A continuación, exploraremos algunos ejemplos de hombres lobo y cambia formas que se alejaron del tradicional rol de “monstruo” para adquirir el de héroe o benefactor.
Lobo Sagrado
Una de las figuras más peculiares dentro del folclore europeo es la de Thiess de Kaltenbrun, un hombre lobo del siglo XVII oriundo de Livonia, territorio que abarca parte de las actuales Letonia y Estonia. Según testigos de su época, Thiess afirmaba que él y otros hombres lobo luchaban contra brujas y demonios en nombre de Dios para proteger a la humanidad.
Las leyendas cuentan que Thiess y sus compañeros licántropos realizaban rituales y viajes al inframundo para recuperar semillas robadas y devolver la fertilidad a la tierra, asegurando así las buenas cosechas.
Durante los procesos inquisitoriales, Thiess declaró que su maldición era en realidad un don, pues su transformación en lobo le permitía combatir las fuerzas malignas que amenazaban a los cristianos.
Debido a sus afirmaciones de luchar al servicio divino, se ganó el apodo de “Lobo de Dios” o “Hombre Lobo de Dios”, desafiando la noción general de que todo licántropo era un agente del mal.
Bisclavret
El poema “Bisclavret” de la poeta medieval Marie de France (siglo XII) es uno de los textos más antiguos sobre licantropía que retratan a un hombre lobo desde un punto de vista humanizado y bondadoso.
Bisclavret es un noble que, una vez por semana, se ve obligado a transformarse en lobo. Aun en forma lupina, mantiene su conciencia y lealtad humana.
Su esposa, horrorizada al conocer el secreto, le roba la ropa que necesita para recuperar su forma humana, dejándolo atrapado en cuerpo de lobo.
Bisclavret, incapaz de hablar, se acerca al rey Arturo buscando protección. Este, sorprendido por la mansedumbre y nobleza del lobo, decide cuidarlo. Finalmente, la verdad sale a la luz y la traicionera esposa recibe su castigo, mientras que Bisclavret recupera su forma original.
Un héroe literario: Lejos de ser un monstruo sediento de sangre, Bisclavret representa la idea de que la verdadera monstruosidad reside en la traición y la avaricia, no en la naturaleza del hombre lobo.
Björn, el oso guerrero
En las tradiciones nórdicas, los cambiaformas adoptan diversas apariencias, pero quizá la más conocida sea la del berserkr, guerreros que canalizaban la furia y la fuerza de animales como lobos y osos . Sin embargo, las leyendas también hablan de personajes llamados björn, que literalmente significa “oso” en nórdico antiguo.
Mientras que los berserkir son a menudo descritos como feroces y desenfrenados en la batalla, en ciertas historias se describe a algunos cambiaformas de oso que utilizan su fuerza y vínculos con la naturaleza para proteger a sus comunidades y familias.
Se dice que Björn es uno de los últimos hombres oso supervivientes de la Tierra, algo que ha aceptado solemnemente, pero está decidido a no dejar que su especie se extinga. Esto lo llevó a tener relaciones y casarse con tres mujeres al mismo tiempo, pero a pesar de lo que muchos creyeron inicialmente, Björn es justo y las ama a las tres por igual. En otras versiones es un príncipe hechizado por una bruja, quien eventualmente será el padre de un linaje de grandes cambiaformas.
Existen relatos sobre otros héroes que, al transformarse en osos, adquieren un porte majestuoso y bondadoso, y defienden a su pueblo de amenazas humanas o sobrenaturales, como Bödvar Bjarki, que sería hijo de este u otro Björn.
Gurzil
En la tradición de algunos pueblos del norte de África, especialmente entre las antiguas tribus bereberes, se menciona a Gurzil como una deidad o espíritu guardián relacionado con el fuego y la protección.
Algunas versiones del mito lo presentan como un cambiaformas benevolente que, lejos de desatar su furia contra los inocentes, ejerce de protector y guía espiritual. Sería hijo una versión de Amón y una mujer mortal.
En otras historias es un dios menor del desierto, pero esta corriente viene de los romanos.
Se cuenta que aquellos devotos que buscaban la protección de Gurzil recibían señales en sueños o visiones donde el dios aparecía como una suerte de minotauro canoso, envuelto en ropajes oscuros y rodeado de llamas danzantes.