El dicho popular dice que Roma no se hizo en un día, lo cual es muy cierto, pero así mismo podemos asegurar que tampoco se derrumbó en un abrir y cerrar de ojos. Si bien en occidente los emperadores se transformaron en fantasmas, recuerdos de un pasado imperial, en el lado oriental aún quedaban unos mil años más de historia romana.
Pero quizás sea bueno retroceder un poca para entender esto de los dos imperios, que en el fondo eran dos caras de la misma moneda.
El proceso de división del Imperio
La inmensidad del Imperio lo convirtió en un territorio muy difícil de gobernar, a pesar de la enorme maquinaria estatal puesta a su disposición. Algunos emperadores tomaron medidas con el propósito de salvar la situación. Entre los que destacan en este sentido, se pueden mencionar:
Diocleciano: Modificó la organización del Imperio (284 al 305 d.C.), inauguró el período del Dominado, que representa el dominio (dominus) de un solo hombre por encima de los demás, sin ninguna institución de contrapeso.
Centralizó al máximo el poder que se hizo absoluto, crea la cuádruple dirección política: la Tetrarquía, es decir, el nombramiento de cuatro emperadores simultáneos que se distribuían las responsabilidades del Imperio por territorios.
Constantino: Decidió trasladar la capital del imperio a Constantinopla. Mediante el denominado Edicto de Milán (313 d.c.), declara la tolerancia para la religión cristiana e impulso un trato preferencial para esta creencia.
Teodosio: Dividió finalmente el Imperio en dos secciones una Occidental y otra Oriental ente sus dos hijos: a Honorio le correspondió el Imperio Romano de Occidente (capital Roma) y a Arcadio correspondió el Imperio Romano de Oriente (capital Bizancio). En el plano religioso, convirtió al cristianismo como la religión oficial del Imperio Romano a través del Edicto de Tesalónica (380 d.c.).
Finalmente las derrotas militares en diversas zonas del Imperio, terminaron por resquebrajar su unidad y obligaron a permitir el acceso e instalación de pueblos no romanizados dentro de la jurisdicción imperial.
En el siglo V, las invasiones de germanos, eslavos, iranios y hunos fueron inevitables y llegaron hasta la propia Roma, invasiones que terminarían con la destitución del último emperador del Imperio romano de Occidente, Rómulo Augusto, por parte de Odoacer, el año 476 d.c.
El Imperio Bizantino
A raíz de la muerte del emperador Teodosio el Imperio Romano queda dividido en dos partes. De las cuales logra mantenerse el Imperio Romano de Oriente. Justiniano, su emperador, en los años 527 – 565 hace una serie de adelantos, caminos, acueductos, edificios públicos y refuerzo de muros en Constantinopla, por lo que esta pasa a ser una de las maravillas de la Edad Media.
Este emperador se propuso restaurar las fronteras del antiguo Imperio romano, para lo que, una vez restaurada la seguridad de la frontera oriental tras la victoria del general Belisario frente al expansionismo persa de Cosroes I en la batalla de Dara (530), emprendió una serie de guerras de conquista en Occidente. Tres de los triunfos más notables de la llamada época justiniana fue la derrota del reino Vándalo de África que asolaba el Mediterráneo con su piratería, la conquista de gran parte de Hispania y la captura de Ravena durante las guerras góticas.
La época de Justiniano no solo destaca por sus éxitos militares. Bajo su reinado, Bizancio vivió una época de esplendor cultural, el cual se proyectaría mucho más hacia el oriente que al occidente bárbaro.
Fuertes oleadas invasoras de ávaros y eslavos pusieron sitio a Constantinopla durante el año 626. El emperador Heraclio fue capaz de vencer este peligro, repeliendo el asalto. Además reafirmó la seguridad del imperio derrotando definitivamente a los persas dos años más tarde. En su ofensiva contra los persas, Heraclio fue capaz de replegarlos hasta el corazón de su patria y debilitarlos al punto que no fueron capaces de sobrevivir el ataque árabe y la guerra santa del Islam.
Los emperadores de Constantinopla siempre se siguieron considerando emperadores romanos, pero su autoridad estaba limitada al Imperio de Oriente y si bien las leyes romanas se mantuvieron en la legislación y las instituciones, en el curso de los siglos se acentuaron cada vez más los elementos griegos y orientales.
La naturaleza del imperio
Bizancio puede ser definido como un Imperio multiétnico que emergió como un Estado cristiano y terminó sus más de 1000 años de historia en 1453 como un Estado griego ortodoxo, adquiriendo un carácter verdaderamente nacional.
La población ya no hablaba el latín, sino que este fue reemplazado por el griego. Desde el oriente se introdujeron elementos como la etiqueta en la corte imperial, pomposas ceremonias, mismas que sería conservadas por el mundo musulmán más adelante.
Se reconoce el Cristianismo como religión oficial del Imperio, pero se desarrolla de manera distinta a Occidente. Durante un milenio Bizancio fue el baluarte de la cristiandad contra las hordas nómadas, los persas, los árabes y los turcos.
Fue el centro comercial más importante de la temprana Edad Media. A ella acudían comerciantes de todos los países. El renacimiento del comercio en Europa en el siglo XII se produjo en gran parte bajo los estímulos del comercio bizantino. Se conservó el legado de la antigüedad clásica griega; se siguieron estudiando las obras de Platón y Aristóteles; florecieron la teología y la historiografía.
Los bizantinos fueron notables arquitectos y lograron fundir los elementos arquitectónicos griegos, romanos y persas en un estilo original. También se destacan los mosaicos formado por pequeños trozos de piedra o vidrio coloreado.
El valor de este imperio radica en haber recogido la herencia de la antigua Grecia y del Oriente y haberle impuesto su sello característico, para luego entregar este testimonio de la humanidad a otros pueblos de Europa, como lo serán las ciudades italianas, quienes serán el punto de inicio del renacimiento cultural.
El imperio Bizantino conjugó en su civilización elementos romanos, cristianos y griegos; fue el heredero de la cultura antigua y puente espiritual entre Oriente y Occidente.
En Bizancio al contrario que en Occidente, el poder del Papa disminuyó y se hicieron más amplios los poderes del emperador sobre la Iglesia y su autoridad máxima, el Patriarca de Constantinopla. En el año 381 el Patriarca de Constantinopla rechazó la doctrina del obispo de Roma y su autoridad sobre la Iglesia entera. En el año 1054 el Papa León IX y el Patriarca Miguel Cerulario se excomulgaron mutuamente y se produjo la ruptura definitiva.
La Iglesia de Oriente se separó de la iglesia en Roma y se constituyó la Iglesia Griega Ortodoxa. Este es el primer Cisma de la Cristiandad. También conocido como el Cisma de Oriente.
Una cosa que tenemos que tener muy clara, es que los bizantinos se identificaban a sí mismos como romanos, y continuaron usando el término cuando se convirtió en sinónimo de helenos. Prefirieron llamarse a sí mismos, en griego, romioi, al tiempo que desarrollaban una conciencia nacional como residentes de Romania.
El patriotismo se reflejaba en la literatura, particularmente en canciones y en poemas como el Digenis Acritas, en el que las poblaciones, fronterizas de combatientes llamados akritai, se enorgullecían de defender su país contra los invasores.
La caída de Constantinopla en manos de los turcos otomanos, ocurrió el 29 de mayo de 1453, esto según el calendario juliano. Según muchos marca el fin de la Edad Media en Europa, pues los migrantes que llegarían a ciudades como Venecia, Florencia, Paris y Roma impulsarían el fenómeno conocido como el Renacimiento.
Excelente aporte maestro, pocos conocemos realmente la historia, el desarrollo y la influencia del imperio romano de Oriente, gracias maestro.
Gracias Miguel, que bueno que te gustó! Sí Constantinopla tiene mucho para darnos.
Hasta ahora creo que es mi edición favorita de Mitos y Leyendas, las ilustraciones son sublimes sobre todo Loreto Diaz se voló la barda, la mitología muy llamativa y criaturas bien realizadas, la historia es muy rica y en verdad me atrapó desde el primer artículo que has publicado maestro. No cabe duda que voy a coleccionar la edición.