“Una densa niebla ha caído sobre el canal de la Mancha, como si anticipase el atroz panorama se que fragua en las tierras que éste separa. Dos poderosas naciones, antes unidas por la fe en tiempos de las cruzadas, así como por la linea hereditaria; ahora se ven como acérrimas enemigas. Amistades ahora rotas, hermandades disueltas, reinos enteros al borde del conflicto. Todos aquellos vínculos, que alguna vez significaron confianza entre personas, se harán añicos. Nadie estará a salvo, pues en este conflicto que se alza, hay más fuerzas que las que se ven a simple vista. La sombra de la muerte se ha posado sobre este tablero medieval, las piezas ya están puestas, y sus monarcas listos para el combate. Ha iniciado la guerra de los 100 años.”
Damas y caballeros, niños y niñas, la más cordial de las bienvenidas para ustedes. Como siempre, traer y crear para su disfrute estas narrativas, es un gran gusto. En este gran mundo de Mitos y Leyendas, muchas cosas son las que podemos aprender a lo largo de las costumbres e historias, desde cada parte de este vasto mundo.
En esta ocasión, te llevaré varios años al pasado, para que podamos revivir uno de los conflictos más famosos de la edad media. Una refriega tan extensa y llena de historia, que hasta el día de hoy, sus participantes son inspiración para las grandes leyendas universales. Nuestro escenario para esta serie de historias, es la Europa del siglo XIV, tomando a Inglaterra y Francia como protagonistas. Muchas son las temáticas que se abordan en este legendario conflicto, pero antes de verlos en detalle, veamos como fue que se origino. Aquí empieza, la historia de la Guerra de los 100 años.
Antecedentes del conflicto
Previo al inicio de hostilidades entre Francia e Inglaterra en 1337, estos dos reinos ya experimentaban previamente, discordancias y discusiones en torno a varias materias. Una de las más importantes, era que el reinado de Guillermo I, rey de Inglaterra y duque de Normandía, no era del todo reconocida por la realeza de Francia. Esto se debía en parte, al hecho de que la monarquía francesa no se quería reconocer una soberanía monárquica de Inglaterra por manos normandas, considerando que el mismo ducado de Normandía era subordinado a la corona francesa, en aquel entonces.
Con el tiempo, las asperezas diplomáticas se fueron aligerando un poco, gracias a la descendencia entre la realeza de Francia e Inglaterra, asegurando de paso, una paz basada en el linaje compartido entre ambas coronas. Uno de esos casos fue el rey Enrique II, donde sus hijos ocuparían los tronos de Inglaterra y Francia: Ricardo I, Corazón de León, y Felipe II Augusto, respectivamente. En una amarga ironía del destino, ambos hijos derrotarían juntos a su propio padre en batalla, consolidando de paso, su dominio en sus reinos. Desafortunadamente, las reclamaciones territoriales entre ambas naciones, fueron una vez más, motivo de discusión que distancio a Inglaterra y Francia.
Un par de siglos más tarde, volvería a ocurrir un hecho parecido, de la mano de Eduardo I, el Zanquilargo. Gran parte de su reinado, se enfoco en consolidar el reinado en toda Gran Bretaña, cosa que logro con sus exitosas campañas militares. Si bien su perfil militar era bastante belicoso, su gran fuerza de voluntad le permitió mantener el reino unificado, en un tiempo de gran inestabilidad política. La más famosa parte de su vida, se vincula a las rebeliones escocesas, donde mediría sus talentos como líder militar, ante las huestes del gran William Wallace. Entre los detalles que contempla ese conflicto en particular, destaca que Escocia estaba aliada con Francia, cosa que volvía a poner bajo conflicto a Inglaterra. A fin de mitigar el problema que tenia entre manos, Eduardo opto por contraer matrimonio con Margarita de Francia. Esto permitiría asegurar buenas relaciones entre ambos reinos por un tiempo más, aunque no lo suficiente como para evitar que su sucesor no estuviese a la altura, del perfil de un monarca fuerte.
No fue hasta que Eduardo III ascendió al trono de Inglaterra, que este reino se consolidaría como una poderosa nación en el mundo. Irónicamente, dicha posición se lograría fruto de la conquista militar. En el año 1337, Francia confisco a Eduardo el ducado de Aquitania, tierras que eran por derecho hereditario de Inglaterra, pero que por vasallaje eran de la corona francesa. Esto provoco que Eduardo reclamara la corona de Francia, alegando ser el único descendiente vivo de su abuelo, Felipe IV, quien era monarca francés. Al no ser reconocido como rey por la realeza francesa, Eduardo respondió proclamándose como monarca de Inglaterra y Francia, y declarando la guerra a ésta ultima.
El inicio de la guerra de los 100 años no fue favorable para Inglaterra, pues sus victorias no conseguían el impacto necesario para lograr una posición de ventaja. No fue hasta 1340 que la guerra tuvo un vuelco grande a favor de Enrique III, pues ocurrió la batalla naval de Sluys, donde una flota inglesa, inferior en numero a la francesa, logro imponerse soberanamente en combate. De esta forma, la supremacía naval de Inglaterra en el canal de la mancha, quedaba asegurada por un buen tiempo.
Al llevar la guerra a tierra francesa, Eduardo intento asegurar una cabeza de playa, a fin de asegurar un lugar desde el cual comenzar incursiones, y lo encontró en Caen. En el año 1347, el ejercito ingles puso sitio a esta ciudad de forma exitosa, procediendo después al saqueo de las tierras aledañas, para poder costear la campaña. Tres años después, Eduardo haría aun más grande su leyenda, conquistando la importante ciudad de Calais, asegurando de paso, un puerto regio donde desembarcar tropas desde Inglaterra, así como un lugar seguro desde el cual, volver a su amada nación. Paralelo a esta exitosa campaña, otro gran líder militar encabezaba otra serie de conquistas, en el sur de Francia.
Llamado así por su distintiva coraza, tan oscura como el campo que quedaba hecho cenizas a sus pies, el Príncipe Negro era el hijo primogénito de Eduardo III. Un año antes de que Calais cayera en manos inglesas, el Príncipe negro había combatido al lado de su padre, contra el ejercito francés, en la batalla de Crécy, con tan solo 16 años de edad. Además de ser un bravo caballero en el campo de batalla, probo ser un líder igual de talentoso que su padre, e incluso más.
La gran valentía, y su temerario carácter en el campo de batalla, hicieron del Príncipe Negro, un adversario formidable y temible. Esto quedo demostrado en sus incursiones en el sur de Francia, donde aprovecho de preparar el terreno para una gran invasión inglesa, saqueando cuanto pudiese, y quemando los arados para destruir la economía francesa. A fin de asegurar una presencia fuerte en Francia, considerando que tenia pocas fuerzas en territorio enemigo, busco alianzas en ducados rivales de la corona francesa. Uno de esos aliados fue Carlos II de Navarra, quien aprovecho la disminución en la magnitud del conflicto, para asegurar apoyo ingles en sus reclamaciones territoriales contra Francia.
Con un apoyo considerable tras de si, así como un saqueo exitoso con que enriquecer las arcas de Inglaterra, el Príncipe Negro mediría sus destrezas militares en su más grande hazaña en 1356: el sitio de Poitiers.
Sirviéndose de brillantes tácticas de batalla, logro hacer de una derrota segura en su contra, una aplastante victoria. Algo a destacar, fue que en esta batalla el Príncipe Negro logro capturar al mismísimo rey de Francia, Juan II, y a su hijo Felipe. Haciendo honor a los códigos de caballería que el tanto honraba, no solo les trato con nobleza, también les permitió despedirse de sus seres queridos. Posterior a ello fue tomado prisionero, enviado a Inglaterra, y se pidió un desmesurado rescate por su regreso. La batalla de Poitiers no solo fue la epitome de la carrera militar del Príncipe Negro, también significo la viva imagen de una Francia carente de lideres fuertes, así como de una monarquía ineficaz en su rol de defender a su gente. Esta derrota francesa, sentaría las bases que avivarían la guerra civil que viviría Francia, durante el transcurso de todo el resto del conflicto.
Los esperamos para una nueva entrega próximamente ¡Hasta pronto!