Existió un tiempo de orden en la cual los grandes reptiles celestiales sirvieron como guardianes de preceptos arcanos, imposibles de entender para los humanos. Esta familia dracónica era vasta. Consistía en numerosos tipos de dragones, así como criaturas menores relacionadas con los dragones o descendientes de ellos.
Los dragones que nos interesan para este artículo eran seres intrínsecamente mágicos, y en ningún caso los dragones deberían ser considerados simples lagartos. De hecho, los miembros de la Corte de la Furia eran más parecidos a las criaturas felinas que a los reptiles, particularmente en lo que respecta a su postura y movimientos, además de ser inherentemente de sangre caliente y una composición ocular similar a la de los felinos, aunque mucho más compleja.
Los dragones se hicieron más fuertes a medida que la tierra fue envejeciendo; según los mitos también se hicieron más grandes, más resistentes a los daños y la magia, tenían un aliento más peligroso y muchos otros aspectos mejorados.
Los dragones mayores recibían el nombre de Wyrm, palabra germánica para denominar a los dragones alados. Estos ancianos podían usar la magia dracónica, conjurar hechizos con solo unas pocas palabras, irradiaban un aura de fuerza mística a su alrededor.
Algunos dragones llegaron a gobernar grandes extensiones de territorio y lucharon con sus rivales, humanos y sobrenaturales, no solo por el dominio de esas tierras, sino también por cuestiones de naturaleza mística. Para evitar guerras interinas se creó una institución que convoca a todos los clanes, familias y alianzas se llama la Corte de la Furia. Una institución encabezada los Wyrms más poderosos de cada camarilla, una institución de tal poder solo podía ser conducida por un ser sabio y especialmente prudente.
Kilgarrah es el último de un linaje mágico y contemplativo, este lleva un par de siglos liderando el consejo, sin embargo, varias voces disidentes han surgido entre los clanes del sur. En vez de llamar a una guerra abierta, el patriarca a permitido la creación de una abominación, el Dragón Demonio. Esto bajo la mirada atenta y siempre paciente de Belial.
El caos crece entre los reinos del dragón, mientras la bestia es violenta y parece siempre estar hambrienta. La tormenta se cobra víctimas en todas las casas, pero cuando es el mismo Kilgarrah quien muere enfrentándose con el hibrido de demonio se sabe que una nueva era ha llegado.
El Gran Wyrm y sus Wyverns impondrán un reinado de fuego y temor que llevará a los dragones a una guerra total, que la creación no ha visto en muchos eones. No solo eso, algún mago ha comenzado una plaga que tiene un poderoso efecto mágico que incita a todos los dragones a la locura y la destrucción sin sentido, volviéndose unos contra otros e incluso contra su descendencia.
Algunos personajes que debes conocer para entender las intrigas tras esta historia:
Org el Hechicero
Orgus Blanchurd provenía de una picta de Caledonia, fue educado por los viejos druidas, mismos que advirtieron en él una inmensa capacidad mágica. Después de superar diversas pruebas, decidió barrer con los nichos de poder feéricos que alimentarían al Pendragón cuando este llegase. Merlín no estuvo contento con este comportamiento y lo enfrentó en las orillas sureñas de Albión. El gran mago convocó al espíritu del fuego para que fuese en su ayuda, así fue como Orgus fue consumido por una llamarada que destruyó su piel y gran parte de sus rasgos humanos, sin embargo su rabia siguió viva y gracias al Gran Wyrm sigue luchando por sus amos alados.
Orium
El último miembro de un linaje roto, antiguo aliado de Kilgarrah, pero que se ha negado a prestarle ayuda al nuevo líder, esto por lealtad a su fallecido amigo y su política de paz. Merlín ha identificado en este tímido dragón un posible aliado, y probablemente el único que podría ayudarlo con su proyecto dracónico más importante: el Y Ddraig Goch.