- No he contado ni la mitad de lo que vi.
Marco Polo
Quiero empezar los artículos de esta edición mirando a una de las figuras que mejor representan la entrega a lo desconocido, la aventura y el descubrimiento, me refiero a Marco Polo. Que en 1271 partió de su Venecia natal para acompañar a su padre y a su tío en un fabuloso viaje a través de Asia, hasta la corte de Kublai Khan en China.
Por supuesto el viaje de los Polo tiene su contexto, por entonces Venecia era una poderosa república que dominaba el comercio en el Mediterráneo y tenía intereses comerciales tan lejanos como la India y Persia. Siendo uno de los puertos que conectaban a Europa con la Ruta de la Seda. Pese a lo anterior el mundo conocido por los europeos no iba mucho más allá del actual Oriente Medio. Las pocas noticias que se tenían de lo que estaba más allá eran generalmente confusas y muy mitificadas. Es de destacar la leyenda del Preste Juan, un mítico rey cristiano que se suponía existía rodeado de infieles en Asia Central.
Por entonces los mongoles eran seres fascinantes, casi mitológicos. Bárbaros de las estepas, pero tolerantes con el cristianismo. Antes de Marco Polo, varios misioneros, como Giovanni da Pian del Carpine, viajaron como embajadores a Oriente, aunque sin conseguir resultados concretos.
El largo trayecto de ida de Venecia a Pekín dura 3 años y, a pesar de que es en China y durante los años de servicio en la corte del Gran Khan donde Marco Polo vive y descubre las más grandes maravillas, el camino no está exento de rarezas, curiosidades y milagros que sorprenden. Adentrándose en territorios ya bajo el dominio mongol, Marco Polo descubre en Armenia la mágica silueta del monte Ararat donde se posó el arca de Noé tras el diluvio universal, y en los territorios de la alta Mesopotamia describe las fuentes negras y los pozos de alquitrán, algunos en llamas, siempre encendidos, verdaderos faros en las noches del desierto. Luego describe la patria de los tres reyes magos de Oriente del Evangelio, y nos habla de sus tumbas y de los cuerpos todavía incorruptos de Gaspar, Melchor y Baltasar. Esto para gran escándalo de la iglesia.
Cada vez más lejos de casa, avanzando hacia Oriente, en un mundo envuelto en un aura fulgurante de leyenda y maravilla. También se encuentra con las pavorosas trazas de la destrucción sembrada por las hordas mongolas, la travesía de los enormes desiertos vacíos, inhóspitos y peligrosos su viaje de riesgo, intriga y aventura.
La meta de su viaje, Pekín, está cada vez más cerca, pero se halla ya tan lejos de Venecia que nuestro viajero tiene la sensación de estar alcanzando los confines del mundo: los prados infinitos de Mongolia, abiertos a todos los vientos e inabarcables a la vista, lo hacen sentirse verdaderamente en otro mundo.
En la China de la dinastía Yuan pasa a formar parte de la élite de extranjeros que trabajan al servicio del gran Khan. Así, el veneciano nos descubre lo portentoso del aparato burocrático y administrativo, un ejército de proporciones inmensas, un sistema de correos que funciona a la perfección, la fabricación de papel a partir de técnicas desconocidas en Europa y el uso extendido del papel moneda.
A las órdenes de su nuevo señor, para quien trabajará diecisiete años, Marco Polo viajará por las provincias interiores de China. Sus relatos descubren a los europeos el color amarillento del célebre Huang He, el río Amarillo, sierpes bestiales, junglas sofocantes, brujos médicos, las altas montañas occidentales del Tíbet, el otro gran río chino, el Yang Tse o río Azul, el norte de Vietnam con su gente y describe vívidamente las batallas heroicas de los mongoles para conquistar los territorios de la actual Birmania.
El tráfico comercial y humano y superpobladas ciudades chinas sorprenden a nuestro viajero, y sus descripciones no parecen sino exageraciones. Persas, árabes, indios, marineros, emisarios, oficiales, soldados, monjes y misioneros budistas, taoístas, hindúes, musulmanes, judíos, cristianos nestorianos, maniqueos… provoca que Marco Polo la denomine el puerto de las delicias. Italo Calvino en su Ciudades Invisibles hace un homenaje al lado maravilloso de estos viajes, que no son mentiras, sino las vibraciones desprendidas de la emoción del viaje.
La familia de Marco Polo se estableció en Venecia donde se convirtió en una sensación y atrajo a multitud de oyentes, que a duras penas creían sus historias sobre la lejana China. El propio Libro de Marco Polo fue escrito en un contexto de aventuras: dictado durante su estadía en una prisión genovesa.
Los Polo eran emprendedores, pero también estaban comprometidos a contagiar su sed de mundo, El mismo Cristóbal Colón tenía una copia del libro de Marco, con anotaciones manuscritas suyas en los márgenes, texto que todavía se conserva. Entonces el relato de la aventura deja de ser puramente documental, sino que una invitación para la vida.
Sería bueno que hicieran una edición de filósofos ♡ enserio me encantaría sobretodo porque es la carrera que estudio ✨
Muy buen artículo e inspirador, hablo como profesor de historia y de verdad deberían hacer más artículos así, entretenidos y con más corazón que datos.
Bueeeena, así me gustan, entretenidos y provocadores
Gran reseña a una gran historia