Idunn es la diosa que guarda las manzanas de la eterna juventud que los dioses deben consumir si desean vivir eternamente. Las divinidades nórdicas, a diferencia de las griegas o romanas, no son inmortales, pero pueden vivir para siempre si comen la fruta que guarda Idunn.
Idunn, cuyo nombre significa «siempre joven» o «la rejuvenecedora», era la esposa de Bragi, el dios escandinavo de la poesía. Bragi, el más sabio de las divinidades que habitaban en Asgard, era el encargado de entregar las copas a los que llegaban al Valhalla para participar en el banquete de Odín. Idunn protegía en una caja de madera de fresno las manzanas que los dioses debían consumir si querían permanecer jóvenes, pero un día, el gigante Þjazi, quiso gozar también de la inmortalidad.
El gigante Þjazi (Jazi) convenció con engaños a Loki para que atrajera a Idunn a un bosque fuera de Asgard. Convertido en un águila, Þjazi arrastró a Loki hacia el cielo subiendo cada vez más. Cuando el dios sintió que sus brazos estaban a punto de desgarrarse suplicó al gigante que le diera una tregua y éste le respondió que lo dejaría libre si conseguía que Idunn saliera de Asgard con su caja de manzanas.
Loki aceptó el trato y engañó a Idunn diciéndole que en un bosque, cruzada la frontera de su mundo, había visto muchas manzanas parecidas a las que guardaba en la caja y que quizá pudieran interesarle. La convenció para que llevara su caja de manzanas con la excusa de que así podría compararlas. Una vez en el bosque, reapareció Þjazi convertido en águila que la raptó llevándosela al país de los gigantes y encerrándola en lo alto de una torre.
Sin las manzanas, los dioses empezaron a envejecer y presionaron a Loki para que fuera a rescatar a Idunn, ya que el rapto había sido culpa suya. Loki cogió la capa de plumas de halcón de la diosa Freya y voló hasta Jötunheim, el mundo de los gigantes. Una vez allí convirtió a Idunn en una nuez y se la llevó hasta Asgard. El gigante Þjazi los persiguió transformado en un águila, pero los Æsir, los habitantes de Asgard, lo vencieron encendiendo una hoguera junto al muro que marcaba la frontera entre los dos mundos. Cuando el secuestrador se acercó, el fuego incendió sus alas y al caer a tierra, fue rematado por los dioses.
Las manzanas de Idunn han sido relacionadas con la fertilidad. En muchas tumbas y también en el Barco de Oseberg, el navío vikingo encontrado en un túmulo funerario cerca de la granja Oseberg en Noruega, se han encontrado restos de cubos que habían contenido manzanas. Este hecho viene corroborado por la conversión de la diosa en una nuez para ser rescatada de las garras del gigante. La nuez era también en muchos lugares del norte europeo símbolo de fertilidad.
El nombre de Idunn, Idunna o Idunnna ha sido habitual en los países nórdicos desde hace siglos. En Islandia hay registros de mujeres con ese nombre desde el siglo X.