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Un autor y sus gigantes
François Rabelais fue un escritor satírico, además de médico y humanista francés. Que en vez elegir sus fuentes de la literatura clásica o los romanceros de caballería, se inspiró directamente en el folclore y la tradición oral popular, buscando una sabiduría nueva en las penas y alegrías del pueblo.
Gargantúa y Pantagruel continúan la tradición de la literatura goliardesca, en su estilo satírico-popular sobre héroes carnavalescos.
Usó gigantes y otros seres fantásticos para contar historiasmuy conectadas con sus tiempos. Para separar su identidad intelectual de su personaje más bufonesco creó la identidad de Alcofribas Nasier, anagrama de su verdadero nombre.
En 1532, el joven hombre de fe se instala en Lyon, un gran centro cultural donde florecía el comercio librero. El uno de noviembre es nombrado médico del hospital de Notre-Dame de la Pitié du Pont-du-Rhône, ahí enseña y atiende enfermos.
Pentagruel
Por este tiempo escribe Las hazañas y hechos horribles y espantosos del muy renombrado Pantagruel Rey de los Dipsodas, hijo del gran gigante Gargantúa. Se describe en este la vida de un gigante, o quizás ogro, de un apetito tan voraz que ha dado forma a la expresión “banquete pantagruélico”, con gran humor y todo tipo de excentricidades; parece ser que Rabelais quiso componer este libro para distraer a sus melancólicos enfermos.
Contra todas sus sospechas, tuvo éxito. Aunque lo cierto es que Pantagruel era una secuela de un libro anónimo titulado Las grandes crónicas del gran y enorme gigante Gargantúa. Una obra pobre en argumentos, pero que tenía cierta fama.
Siguiendo los consejos del gran Erasmo de Róterdam, para que vean la importancia de tener buenos amigos, se decidió a tomar en serio su carrera literaria y reescribir aque texto anonimo.
Gargantúa
Ya con los zapatos bien puestos en las corrientes humanistas y en la prosa humorística, produjo una narración mejorada de la vida y las obras del padre de Pantagruel. Su Gargantúa era literariamente más acabado y netamente humanista. Influenciado por las corrientes filosóficas que inundaban Lyon, creó la Abadía de Thelema, que puede considerarse una crítica a las prácticas docentes de la época, o una llamada a la libre escolarización, a ser cada uno gestor del propio conocimiento, una idea muy radical en la época. Misma que Rabelais utilizaba esta imagen para criticar ácidamente al monacato.
Los festines del glotón
Rabelais regresó entonces a la historia del propio Pantagruel en los tres últimos libros. El tercer libro trata de Pantagruel y su amigo Panurgo. Panurgo es un habilidoso truhan, un libertino, y un cobarde. Hay un momento en el que muestra que puede hablar varios idiomas, incluyendo algunos de los primeros ejemplos de una lengua construida.
Viajes, paisajes, actos indecorosos llenan estas páginas. En el quinto, que se publicó póstumamente alrededor de 1564, encuentran la divina botella. Aunque hay ciertos parches que delatan la mano de otro escrito, se tiene por parte del canon de Rebelais.
El humo recorre toda la obra, miremos el nacimiento del grandot, quien es dado a luz luego de once meses de gestación por parte de su madre Granguze Gargamelle. Que por ser un gigante, su nacimiento no fue como se conoce normalmente, sino por medio la oreja.
Es partir de aquí es que se va descubriendo la naturaleza grotesca de Gargantúa, que en los primeros segundos de vida, y en su primera exhalación, grita: ¡Quiero un trago! Esto dice mucho, Gargantúa desde “pequeño” fue un bebedor, a un nivel tal, que hasta para dormir era necesario el sonido de las botellas.
No quiero seguir adelante, pues prefiero invitarles a conocer a este par de humanos tamaño XXXL, verán que uno puede aprender a quererlos.