El ritual del más allá
por Ludwig
Intenté esconderme detrás de los muros de ese oscuro lugar al cual me habían llevado unas horas después de dejarme inconsciente, pero ellos podían ver entre las sombras, no tardaron en atraparme y llevarme a una mesa iluminada solo con velas y adornada con sangre y cuerpos descompuestos, intentaba retorcerme y moverme desesperadamente para escapar, pero mis esfuerzos se veían mermados ante la fuerza de mis captores. Ellos usaban unas capas extrañas, con una capucha que evitaba ver sus rostros, sus manos eran grandes, su fuerza era sobrehumana y sus ojos rojos brillaban bajo la sombra del lugar, quizás eran cien o más, y hacia donde mi vista desorientada apuntaba, solo veía a esos seres por todo el lugar.
Mi desesperación se convirtió en un miedo profundo, y mi cuerpo ya no podía soportar mas forcejeos, caí rendido en la mesa, mientras estos cultistas (que más podrían ser) amarraban mis manos con cadenas doradas por encima de mi cabeza, luego, con un mazo, rompieron mis piernas, el dolor era insoportable, tanto así que no tuve fuerzas ni para llorar, mis gritos ya no se escuchaban, y mi vista comenzó a nublarse ante lo que estaba viviendo. Uno de estos cultistas se acercó a mí, lo miré, con una expresión cansada y derrotada, mientras que él sacaba debajo de su túnica una daga tanto hermosa como tenebrosa, mi miedo creció al ver que acercaba el arma a mi pecho, mientras recitaba unas palabras inentendibles a la vez que todos esos seres en la sala empezaron a repetirlas en voz alta, las velas se apagaron de golpe, sentí un pinchazo doloroso y profundo, la sangre recorrió mi cuerpo por completo, mientras que todo se volvía negro.
En las puertas de mi muerte, seguía escuchando los gritos y cantos de los cultistas, se les escuchaba cada vez mas guturales y felices, mis ojos ya no podían ver, mi aliento desapareció, mi vida terminaba, y mi conciencia dio paso a algo que nunca podre olvidar. Era un fantasma en el espacio, a lo lejos podía ver la extraña casona en donde se llevó a cabo mi asesinato, y hacia arriba podía observar un cielo lleno de colores y estrellas, pequeños planetas con seres monstruosos abrazando todos y cada uno de los astros que podía observar, sus formas amorfas daban paso a un terror que era incomprensible e inaguantable, una de esas bestias retorcidas me miró, y su cuerpo se acerco a mi como si de una teletransportación se tratara, me tomo con sus enormes manos llenas de energía y una paz tétrica, me enseñó todos los secretos del espacio, y volví a despertar, en el mismo lugar, en la misma mesa, todos mis captores estaban de rodillas ante mí, mientras que yo, con un nuevo cuerpo y otra conciencia, estaba listo para desatar el horror en este planeta, y abrir las puertas para la venida de mis nuevos hermanos, que esperan impacientes en el profundo cosmos.