A lo largo de nuestra vida, experimentamos muchos momentos que van quedando en nuestros recuerdos. Gran parte de estas experiencias, sean dulces o amargas, van haciendo de cada quien, lo que somos en esta fugaz existencia. En variadas ocasiones, este inicio de forjado para nuestra identidad, encuentra sus primeras materias primas en nuestra infancia. En el mejor de los casos, debiese ser una de las mejores etapas de nuestra vida. Por desgracia, ello no siempre es así.
Las palabras previas, sirven para dar introducción a un problema de gran seriedad de la sociedad actual, el bullying. Consiste en la forma de comportarse ante otra persona, sea vía verbal o física, que genere en ella daño temporal o permanente. Este clase de hostigamiento, hecha por una o varias personas hacia sus semejantes, puede manifestarse en forma de amenazas, insultos, humillaciones, manipulaciones, e incluso agresión física. La magnitud de esta practica, así como las repercusiones que pueden tener en una víctima de ello, son motivo de alarma en todo el mundo.
Bullying en los tiempos actuales
En los últimos años, el bullying ha ido en aumento constante, llegando a extenderse a través de las mismas tecnologías de la información (Cyberbullying). A medida que la víctima continua con su vida, paralelo al acoso del que es víctima, su desarrollo se puede ver marcada para siempre, afectándola a ella y a quienes componen su núcleo familiar.
Acorde a cifras entregadas por la UNICEF, 1 de cada 3 niños y niñas, sufre acoso escolar, alguna vez en su vida. Esta es una proporción estadística muy alta, tanto que al observar comportamientos en estas personas al cabo de un tiempo, exponen dificultades importantes a la hora de desenvolverse en sociedad. Algunas de estas incluyen pero no se limitan a baja autoestima, nerviosismo o inseguridad, y tendencia a la soledad. Estos escenarios, si se ven constantemente reforzados por un acoso escolar o bullying constante, acaban por provocar episodios de depresión, ansiedad constante, e incluso, intentos de acabar con su vida.
A nivel nacional, el panorama no es muy alentador respecto a este punto, pues Cadem en una de sus encuestas del año 2020, revelo que cerca del 37% de la población en Chile, ha sido victima de alguna forma de bullying en su vida. Respecto la infancia y juventud para ese mismo año, se reporto que cerca del 25% de las personas han experimentado acoso escolar, en su lugar de estudios o fuera de él. Una cifra que bien podría ser mucho mayor, si se tiene en cuenta que muchas personas escogen no denunciar por diversos motivos.
Bullying en las redes sociales
Este punto es de gran importancia en la actualidad. En los últimos años, los casos de cyberbullying han tendido al alza, afectando a millones de personas en el mundo. El mero hecho de emitir un mensaje cuyo fin no sea otro que dañar a la otra persona, disfrazándolo a veces de una critica constructiva, no quita el hecho que constituye una forma de acoso. Casos como este o similares, quedan en evidencia incluso en comunidades de redes sociales, como Facebook, WhatsApp, Instagram, entre otras.
Acabar con el bullying, tarea de toda la humanidad
Se suele creer que el acoso escolar es cosa que ocurre en la infancia. Un craso error que se debe eliminar desde ya, pues el problema en si va más allá. Es necesario recordar, que el bullying no es más que una parte del principio, que sin disfraz alguno, es la doctrina primitiva de que el poder en base a la agresión otorga la razón.
Una creencia errónea que esta muy difundida actualmente, es que al ser victima de bullying, hará a la persona más fuerte y más apta para enfrentar desafíos difíciles en la realidad. Esta idea, es un mero adorno romantizado, que además de ser ficticia, esconde muchas de las problemáticas que estas personas pudiesen llegar a tener en su adultez, como la inseguridad, falencias en las relaciones sociales, laborales, y familiares. Esto se debe a que la violencia acaba siendo parte de su naturaleza en varias ocasiones, lo que nos conduce a un circulo vicioso, que replica esta deleznable actitud.
Algo a considerar también, es que en los lugares de trabajo también se dan situaciones de bullying, que pueden tener un desenlace similar al que se menciono previamente. Últimamente, se han dado a conocer casos de personas del área de la salud, que además de estar fuertemente bajo la presión de la pandemia, deben también soportar una pésima actitud de quienes ejercen jefatura sobre ellas. Lo anterior, es una prueba más de que el bullying trasciende edades y escenarios.
Palabras de cierre
Solo resta por mi parte, invitarles a extender este mensaje a través de quienes conozcan. El Bullying es una practica que en los tiempos actuales, no debería tomarse a la ligera, pues su extensión y magnitud son aspectos que son motivo de alarma. Desde luego, afrontar un problema tan grande, debe ir acompañado de las practicas que permitan un mejor manejo:
- NO LO CALLES. Denuncia las practicas de Bullying, acoso, o similares.
- NO LO REPLIQUES. La violencia solo lleva a más violencia.
- NO LO GUARDES. Busca ayuda especializada, para que te ayuden a manejar las secuelas.
- NO LO FOMENTES. Guardar silencio, habiendo presenciado una situación de acoso, solo ayuda a que el problema se mantenga.
Por ultimo, recuerda que en esta lucha toda persona es importante, incluso aquellas que hayan hecho bullying. El poder corregir estas conductas, enseñándoles que existen otras formas para expresar sus ideas, sin dañar a quienes nos rodean, es también una forma para darle fin, en base al dialogo racional, por sobre la violencia verbal y no verbal.
Un sentido agradecimiento, por mi parte, a aquellas personas que, de alguna forma, han significado la diferencia para el inicio de una vida más llevadera, hacia quienes nos toco enfrentar el bullying. En sus manos, yace la grandeza de una maravillosa amistad, y un fiel ejemplo a seguir, para toda la humanidad.