Invidia es una antigua diosa romana, el espíritu de la envidia que personificaba también a los celos y el odio. Según la mitología romana primaria, siente una profunda aversión por las deidades romanas, mismas que la ven como algo horrible, evitable, poco más que una bestia rencorosa.
![](https://blog.myl.cl/wp-content/uploads/2022/11/008-Invidia-791x1024.jpg)
Su odio no es solo hacia lo divino, pues guarda un gran rencor contra la especie humana y busca envenenar a toda la creación con su mancha de odio, un alma a la vez. Su nombre, que está en latín, es el origen y el sentido de la palabra moderna envidia o los celos, pero que en su época significaba algo así como “mirar sobre”, asociado al mal de ojo o invidere, es decir “mirar contra”, “mirar con malicia” o “mirar en una manera hostil”.
La cultura material y la literatura de la antigua Roma ofrecen numerosos ejemplos de rituales y hechizos mágicos destinados a evitar la invidia y el mal de ojo. Cuando un general romano celebraba un triunfo, las vírgenes vestales suspendían un fascinus, o efigie fálica, debajo del carro para protegerlo de la virginal invidia.
Invidia puede ser a efectos literarios una diosa y el equivalente romano de Némesis en la mitología griega. Aunque no era adorada, simplemente se le nombraba como algo para evitar. A veces se convocaban a las fatas para mantenerla lejos, pues les temía.
Invidia sobrevive como Envidia en el mundo cristiano, y es uno de los Siete Pecados Capitales en la teología occidental, que lo podemos encontrar también en la Divina Comedia de Dante.
![](https://blog.myl.cl/wp-content/uploads/2022/11/ROM-8.png)