Cuento.
por Benjamín E.
El fuerte ruido le despertó de una manera más que brusca. Miró hacia todas las direcciones y solo vio su cuarto, oscuro, y la cortina moviéndose al ritmo del viento. El sudor frío recorrió su frente y los pelos de su nuca se erizaron al mismo tiempo que un escalofrío recorrió la espalda.
¿El patio? ¿La cocina? ¿De dónde venía ese ruido? Con su memoria recorría los últimos minutos previos a dormirse, pero todo estaba bien. Con un miedo casi premonitorio miro hacia la cuna de su hijo. Vio sus pequeños pómulos rosa en calma.
_ Está bien… _ murmuró.
Pero caminó a la ducha, lento, inseguro, totalmente incrédulo.
_ Verónica, ¿puedes ver al bebé? _ Dijo, mientras contenía su llanto. ¿Cómo le diría que encontró la cuna con un pequeño cadáver?