Hola amigos, aquí la tercer parte de nuestra historia, si no la han leído hasta ahora, pues la pueden leer acá:
Parte Uno
Parte Dos
V
El miedo es una peste que se esparce con velocidad y que eventualmente termina por devorar a su huésped. Va flotando de calle en calle, de pueblo en pueblo, hasta contaminar a todos los reinos, incluso aquellos que los ojos mortales ya no pueden ver. Por centurias, los dragones han ocupado un lugar privilegiado tanto en la cadena alimenticia, como en la imaginación humana. Sus alas son símbolos de muerte, sus llamaradas lo engullen todo y su sabiduría se ha hecho legendaria. Hoy, el Ojo Ámbar, el gran concejo dragón teme.
Los viejos Wyrms han convocado a sus familiares desde las cuatro esquinas del Dominio. Ni siquiera los salvajes Wyverns han quedado fuera de este llamado. El silencio reina el gran salón, mismo que una vez fuese la estancia de la diosa Tiamat, pero que por esos días le daba refugio a los más viejos entre los ya longevos dragones.
Hades y el mundo dragón tienen contratos escrito sobre la piel de viejos titanes y firmados con sangre de ambos, la locura del dios significaba mucho más que un simple arrebato para ellos.
—El tiempo está roto—dijo aquel a quien llaman Nival.
Todos y sin excepción asintieron.
—Las paredes que separa las tierras blandas del averno han caído—continuó el sabio—, demonios y sombras de los planos exteriores se filtran en la realidad.
Todos repitieron el gesto anterior, salvo el más viejo de todos se limitó a soltar un resoplido de disgusto. El Gran Wyrm, como lo llamaron hace años, no solía hablar en el concejo. No después de su fracasada guerra contra Arturo y sus caballeros.
—Habla hermano—dijo Nival sin ocultar su molestia, — o al menos muestra respeto por la asamblea que un día presidiste.
El gran lagarto alzó su cuello, muy pocos entre los presentes podían alcanzar esa magnitud y señorío. Sus ojos brillaron con una luz mortecina, que se condecía muy bien con su sentir.
—Los demonios no son nuestro problema—comenzó—, criaturas ambiciosas, inmediatistas. Viven siglos, para ambicionar pequeñeces como los humanos. No hermanos, ellos son un problema para los humanos… nuestro problema es porque junto a ellos ha escapado uno de los nuestros, uno que ninguno de nosotros se ha atrevido a enfrentar.
Aunque nadie dijo su nombre todos entendieron que se trataba de aquel que no era ni dragón ni sombra, aquel que llevaba la misma sangre de ellos, pero mezclada con la de Moloch. Un ser caníbal, desquiciado, que no se contentaría con devorar hadas o mortales.
—Él camina entre nosotros—interrumpió Nival—, se han mandado dos partidas de cazadores tras él, y no ha regresado ninguna.
Otro silencio rigió entre los presentes. Este fue aún peor, pues lloraba la muerte de jóvenes dragones que habían sido más valerosos que ellos.
—Yo iré tras él—dijo una voz fogosa e igualmente temida—, necesitan a un guerrero para lidiar con un asesino.
El Dragón de Magma era último de una familia especialmente voraz y bélica. Su sangre había hecho la guerra a los humanos por siglos, hasta ser castigados y marginados del poder.
—Yo iré tras él—continuó—, a diferencia de ustedes me he mantenido en acción, hace unas horas arrasé un poblado entero tomado por las fuerzas de Belial… hermanos, denme la oportunidad de recuperar el honor de mi familia.
El Gran Wyrm se sacudió en un gesto de desprecio, pues había sido aquel mismo rojo dragón el que le había fallado en las guerras artúricas.
—Irás—dijo Nival sorprendiendo a sus camaradas—, te jugarás la vida, pero te advierto, para triunfar necesitarás cambiar, ser otro.
Todos los presentes sabían que su líder no hablaba en acertijos, sino que veía fragmentos del futuro, aquello era una predicción segura, pero el atrevimiento del dragón de la casa de Magma ardía más fuerte que un sol en su pecho.
VI
La tierra del hombre no es ajena a la guerra, excusas para comenzarlas hay muchas y terminarlas suele ser un reto, la Tierra Esmeralda no es excepción. Pero mientras los grandes guerreros de Irlanda se encuentran en uno de sus tantos duelos un estruendo interrumpe la sangrienta acción. Es que el grito de Titania no podía ser desoído, había cruzado arreras temporales, y aquellas que impone el alma de los mortales.
Fergus mac Róich y los héroes del Ulster fueron los primeros en escucharlo, pero no pasó mucho tiempo para que se dieran cuenta de que algo se había roto en el telar de la creación. Un gran agujero se había abierto en el cielo y parecía querer devorar lo que había en la tierra.
—¿Qué dios está jugando con nosotros?—Preguntó Madb.
El gran guerrero miró a su reina, deseada y dilecta enemiga, y sacudió la cabeza.
—No, esta no es la obra de dios, no uno que yo conozca.
Y había que escucharlo cuando decía eso, pues el mismo Lugh hablaba muchas veces a través de sus labios.
Huyendo de la conmoción, las fuerzas de la reina guerrera se repliegan rumbo a su castillo, donde esperan que sus conjuros los protejan, sin embargo el campeón no está convencido de emprender la huida y marcha directo a la anomalía, algo o alguien necesita su ayuda. Alguien a quién cree conocer, pero cuyo nombre no puede pronunciar.
La duda solo detiene a los cobardes, y el héroe del Ulster lo sabe, sus pasos se dirigieron directos a donde aquella fuerza intrusa confluía. Fergus sintió como el piso bajo sus pies se hacía débil, y la realidad misma se corría como un velo que ha sido levantado. Pudo ver los demonios avanzando en su dirección, pero él no caería sin pelear.
La espada fue levantada y sus enemigos se lanzaron a ella, como dispuestos a morir. Seres que no distinguían vida de muerte, que no combatían por honor, fe o gloria alguna, salvo el mandato de una potencia oscura e iniesta.
Sintió un golpe fuerte en la espalda, había recibido un golpe de martillo, luego otro golpe en su estómago lo hizo caer de rodillas. Eran muchos, no podría con la horda. El horizonte era un conjunto de fuerzas convulsionadas que parecían pelear entre ellas por imponerse.
—De pie—ordenó una voz desde el cielo—, eres necesario Fergus.
El cansado guerrero miró hacía y vio lo imposible, dos dragones casi translucidos siendo guiados por un anciano que irradiaba una ardiente pujanza de su propio ser. Una llamarada ardiente quemó los pastos que le rodeaban.
—¿Dónde vamos?—Preguntó el guerrero mientras sus pies se despegaban del piso.
—Donde podamos plantar una mejor resistencia.
Un bullicio se escuchó en el éter, el llamado continuaba, esta vez si pudo pensar en aquella que estaba llamando: Titania.
Estamos muy agradecidos por la lectura de este relato original que les estamos revelando, es por esto que le dejamos el spoiler característico
¡Que buen capitulo! Con el escenario preparado quedo ansioso por la siguiente entrega.
(No se me escapó ese detalle eh!)
Vaya. Que muchos personajes clásicos nombrados.
La mejor entrega hasta ahora, Fergus está genial.
Genial, espero que puedan continuar expandiendo el Lore propio del juego!
Deberían publicarlo, es la primera vez que me mitos logra hacer que me preocupe por los personajes. Bien ahí los que ilustraron esta historia, se nota que escriben muy bien.
A qui
A qui esperando que salga un caballero en la historia